3 de abril de 1973, ante la mirada atónita de varios transeúntes (y la presencia de la prensa) Martin Cooper inició una revolución en las telecomunicaciones: usó un teléfono sin cables para llamar a otra persona.
Cooper no creó el primer teléfono móvil. La pionera más famosa, cuenta la leyenda, fue Hilda, la mujer de Lars Ericsson, el fundador de la compañía de telecomunicaciones sueca que lleva su nombre.
En la década del 50 y 60 ya existían los teléfonos móviles inalámbricos, pero eran radioteléfonos, sólo funcionaban en un auto, eran carísimos y tenían muy poco alcance.
El teléfono que usó no era un bloquecito casi etéreo como los actuales: pesaba un kilo y medio y la batería le daba poco más de 20 minutos de autonomía.
En Estados Unidos se hizo la primera llamada, pero fue Japón el país con el primer servicio de telefonía celular, en 1979.
El primer teléfono comercial del grupo de Cooper fue el DynaTAC 8000x (también conocido como "el ladrillo"). Pesaba 800 gramos, permitía hacer llamadas y recibirlas, y nada más; faltaban diez años para los SMS .
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